¿Qué son las TIC?

 

Posiblemente te suene más a un movimiento que hacemos involuntariamente 😀, pero realmente son las siglas de “Tecnologías de la Información y la Comunicación”. Esta nueva forma logra combinar las tecnologías de la comunicación (TC) y las tecnologías de la información (TI). Las primeras estaban formadas por la televisión, telefonía y radio, es decir, a los medios que nos permiten ponernos en contacto con la sociedad, pudiendo ser audio, audiovisuales, sonido, etc. Mientras que las segundas son la digitalización de las tecnologías de registro de contenidos como puede ser la informática o la comunicaciones. Ambas dan lugar al desarrollo de las redes, dando un mayor acceso a la información, a la comunicación, incluso para poder trabajar de forma virtual.

Las TIC toman herramientas teórico- conceptuales, canales o soportes que sintetizan, almacenan y presentan información que puede ser muy variada. Conllevan un cambio en el ámbito de la educación, en la manera de difundir y generar conocimiento.

Las TIC nos facilita los procesos de obtención, trasmisión e intercambio de la información. Estas nuevas tecnologías dentro del ámbito de la Historia, ayudan al historiador a la recopilación de las fuentes suficientes con la finalidad de documentar un modelo previo de investigación, determinado por una serie de intereses científicos o ideológicos; un análisis del contenido de las fuentes, comprobando su veracidad e interpretación; síntesis de los datos e informaciones dentro del marco en el que se inició la investigación; además de trasmitir, comunicar o divulgar.

Las bases de datos tienen un papel muy relevante para la difusión de la Historia como por ejemplo Dialnet que es una base de datos que nos aporta numerosos artículos científicos escritos por diversos investigadores, al igual que la página de Academia que permite que la sociedad tenga acceso a la Historia escrita por especialistas.

También podemos destacar el Proyecto Carmesí que trata de digitalizar las fuentes primarias. Es un proyecto donde hay una gran cantidad de fondos documentales y colecciones con documentos históricos medievales. De esta manera accedemos a numerosa información desde un mismo sitio, sin tener que trasladarnos para consultarla.

Estas nuevas tecnologías nos ayudan y permiten digitalizar las fuentes para que ese patrimonio se conserve sin daños, y con un fácil acceso. En el ámbito arqueológico nos permite registrar y conservar lo excavado, por ejemplo, mediante ortofotos. Se pueden realizar reconstrucciones digitales en 3D, vídeos o recorridos virtuales para hacer llegar la información a toda la sociedad de forma más dinámica. Estas nuevas tecnologías se pueden adaptar a aquellas personas con discapacidades.

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